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Las cosas que uno medita mucho o quiere que sean 'perfectas', generalmente nunca se empiezan a hacer...
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"Cada mañana, miles de personas reanudan la búsqueda inútil y desesperada de un trabajo. Son los excluidos, una categoría nueva que nos habla tanto de la explosión demográfica como de la incapacidad de esta economía para la que lo único que no cuenta es lo humano". (Ernesto Sábato, Antes del fin)
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martes, 17 de enero de 2012

“OJALÁ PUEDA CONOCER A SUSANA VILLARÁN”

Conocí su trasero en televisión, lo vi en capa y calzoncillo sobre el pantalón, aunque aclara que ahora, todas las noches, solo se baja los pantalones frente a su esposa. Antanas Mockus, dos veces alcalde de Bogotá y excandidato presidencial, parece que no me escuchara pero está ahí. Responde bajito, le brillan los ojos y ni una pizca del Parkinson que lo aqueja. Llueve, el agua de la tarde timbra las ventanas e intenta ingresar por los dinteles. Antanas dice conclusiones y no hipótesis: cree en la buena fe, voluntad y compromiso individual para la autorregulación en sociedad. Sigue lloviendo.

-¿La pedagogía aplicada a la cultura de masas es la única fórmula para lograr formar cultura cívica?
No, tal vez haya otros métodos más centrados en el ciudadano, lo que hice en la alcaldía dependió mucho de la aceptación y compromiso ciudadano, porque fue una...
propuesta desde el Estado. La pregunta es si la sociedad civil puede proponer ella misma su agenda pedagógica y desarrollarla, eso la haría más potente y no depender de recursos estatales ni lo que llamo ‘depender de la investidura’. Gandhi nunca dependió de la investidura y enfrentó el destino de la India.

-¿Usted aplica toda una política cívica para llegar a la conciencia crítica del ciudadano?
Sí, y no solo la conciencia crítica que implica autoevaluación sino autorregulación individual y sobre todo mutua regulación. Para mí el problema no es tanto de conciencia individual sino de solidaridad en el esfuerzo de mejorar mutuamente. Si se quiere un modelo de conciencia en el concepto latinoamericano termina un poco en golpes de látigo cada cual a sí mismo. Mi propuesta es un poco reducir la mala conciencia y aumentar más la mutua ayuda para mejorar.

-Tal vez usted recurre a autorregulaciones religiosas y económicas, como decir que robar es un pecado.
En Colombia, a comienzos del siglo XX, en la Escuela Nacional de Minas habían profesores religiosos y no religiosos, entonces inventaron una consigna muy bonita que les permitió trabajar juntos, era: “hay que formar gente honrada, que siga siendo honrada aún si pierde la fe”. La tecnología, la economía, requieren honradez; si viene la religión, bien, si viene secularizada basada en valores y principios no religiosos, entonces también bien. Es decir, estamos en transición. Es indudable que hay gente muy religiosa en nuestras sociedades, también hay gente poco religiosa, necesitamos tener un común denominador que en términos generales es la Constitución, es decir, creer en la buena fe, voluntad y compromiso individual, lo desarrolla más la religión pero en las reglas comunes. La participación en el afinamiento y cumplimiento de las reglas lo veo más por el lado legal. Es autorregulación y mutua regulación de los ciudadanos.

También tiene usted razón en preguntarme que hay una relación con los funcionarios que hay que construir. El ciudadano tiene derechos frente al funcionario, el funcionario es un servidor público, tiene una tarea de servicio frente al ciudadano, debe dar rendición de cuentas y explicación. Digamos que la ciudadanía se expresa de dos maneras, entre la relación entre desconocidos y en la relación de desconocidos-servidor público.

-¿Qué pasa con una autoridad que no responde consultas o inquietudes de la ciudadanía?
Allí hay un castigo que es la opinión (pública) y cada vez los medios hacen encuestas que (lo) muestran crudamente. No quiero decir que hay que gobernar pensando en la bendita encuesta, pero estudios que hicimos en la alcaldía demuestran que si una institución atiende mal a la gente, le cobra tarifas que la gente percibe como exageradas, en la mitad de los casos en que se produce eso el ciudadano dice ¡ah, esta gente es corrupta! Aún sin que haya actos de corrupción explicita. Entonces la venganza del ciudadano maltratado y que no ha entendido por qué la tarifa es tal, es atribuir corrupción.

-Entonces, ¿los políticos son necesarios?
Sí, no hay democracia que funcione hoy en día con solo ciudadanos rasos entrando al espacio de la política, los políticos son una especie de mal necesario, es bueno que la frontera no esté cerrada que no haya monopolio de la política por los políticos, sino que haya ciudadanos profesionales, sacerdotes, etc, entrando a ese campo. Los partidos políticos son necesarios.

-En su primera gestión de alcaldía nombró en puestos claves a académicos. Entendiendo la visión de la cultura ciudadana, ¿cuáles fueron sus resultados?
El primer año tuve que hacer ciertos ajustes porque éramos muy reflexivos, mirábamos el mismo borrador muchas veces y nos daba pánico tomar decisiones con información incompleta. Tocó hacer un pequeño ajuste dando más espacio a personas orientadas a la acción, pero por el lado de honradez, cumplimiento de normas, ajustarse a la ley, actuaron conforme a lo decidido, fue muy bueno y siguió siendo la base de ese primer gobierno.

-En Latinoamérica estamos acostumbrados a que los electores no castigan la moral cuestionada de los políticos. Un hecho de corrupción se olvida fácilmente en la siguiente elección.
Sí, es un enredo, porque parte de la gente piensa que la corrupción es un mal que acompaña a la política inevitablemente, y lo otro que es más frecuente es que todos los acusados por corrupción dicen que son perseguidos políticos. Entonces, cuando algunos de mis colaboradores fueron llevados 7 días a la cárcel por una acción de tutela porque no arreglaron el desagüe a una casa y la familia corrió peligro porque el agua siguió corriendo… eran cosas poco graves, pero yo les decía hace algunos años: “no vayan a decir que es persecución política. Digan: miren, no hice esto o lo hice, pero no reporté a tiempo o el juez no se dio por satisfecho, digamos de qué me acusan, pero no la famosa frase. O sea, la justicia me castiga y yo me declaro políticamente perseguido”.

VILLARÁN
-En Lima se está implementando el ‘Plan zanahoria’, que la alcaldesa está promoviendo, naturalmente con alguna resistencia del sector que vive del trabajo de madrugada. Entendiendo que cada ciudad tiene retos y realidades diferentes, ¿cómo debe aplicarse este reto de convivencia?
Hay que ir a los fundamentos. Bueno, si yo fuera mujer, si hubiera sido alcaldesa aquí en Bogotá, y hubiera planteado como muy central el siguiente argumento, insisto, hablo de Bogotá, en Lima puede ser distinto; pero yo como mujer habría dicho: nosotras los críamos, les damos la vida, les damos horas y horas de atención humana y cariño, no solo el tetero y cambiar el pañal, el tetero tiene que ir acompañado de palabras amorosas, caricias y buen trato. El ser humano no nace hecho, el ser humano nace incompleto, no sabe hablar, se relaciona de manera absolutamente egoísta con el entorno, es indefenso, entonces todo eso lo complementan fundamentalmente las mujeres, también hay muchos hombres que lo complementan un poquito, también si soy hombre puedo formularlo con el mismo discurso, pero si fuera mujer diría: “Nosotras los críamos y ustedes se matan”.

La vida no es para hacer con ella lo que a usted le dé la gana, usted no se pertenece exclusivamente a sí mismo, usted está en algún grado en deuda con la sociedad, con los adultos, pero muy especialmente con las mujeres; entonces, cada vez que un hombre mata a otro hombre, que es lo más frecuente, es un acto de despilfarro, de destrucción de trabajo femenino. Las mujeres matan como diez veces menos (en Bogotá mueren 14 veces menos mujeres por homicidio que hombres).

También hay trabajo masculino, pero… ¡No me vengan con el cuento que uno de los dos hombres era malo, que le iba a quitar el celular, o sea, no hay justificación que valga! Entonces, me imagino a la alcaldesa argumentando, desde su condición femenina, puede que por su personalidad o su filosofía no le parezca; estoy demasiado lejos para evaluar si conviene o no, si le gusta o no, etc. Pues, ojalá la vida me dé la oportunidad de conocerla y discutir este tipo de temas con ella.

A mí en Bogotá me ayudaron mucho los médicos de los servicios de urgencias, ni los tenía en el mapa de la medida, pero vi una entrevista en televisión el primer viernes o primer sábado en que se hizo la Ley Zanahoria y la gente estaba conmovida porque llegaban mucha menos gente herida, la gente mostraba: “estas camillas ya estarían llenas y no están llenas”. La filosofía del derecho sobre si el Estado puede meterse a poner alguna restricción al comportamiento excesivamente imprudente, y la respuesta es ‘sí’, porque la Constitución dice que el derecho a la vida son irrenunciables.

En cada ciudad el tono es distinto, nosotros nos metimos a un concierto de Carlos Vives a repartir zanahoria, entonces le decíamos a la gente DE A UNA, DE A UNA porque puse la ley zanahoria para salvar vidas DE A UNA, DE A UNA, y el año pasado pasamos del enunciado de decir LA VIDA ES SAGRADA, a decir: TU VIDA ES SAGRADA.

-No entiendo, DE A UNA, A UNA
Las vidas se salvan una por una. Llevábamos las zanahorias en unas bandejitas, los pesimistas decían que los jóvenes iban a tomar las zanahorias para convertirlas en proyectil, entonces nuestro objetivo operacional era que los 30 miembros del gabinete se metan dentro del estadio y entregaran las zanahorias de UNO de a UNO, por favor. Ahora, si nos daban el debate del cierre de las discotecas y bares decíamos: “Para salvar vidas”, pero para subrayar precisábamos: “De a UNO, de a UNO”.

-¿Qué hacían los jóvenes con las zanahorias?
Pues se las comían, no hubo proyectiles… Mi experiencia es que una vez que usted enganche con una medida, debe tomar otra que tenga el mismo principio filosófico. En esos días habíamos promovido el porte de pitos como prevención de emergencias, “por ejemplo, terremoto”. Y entregábamos… señor, tenga pitos, de a uno, por favor.

(La entrevista fue realizada en marzo del año pasado en Colombia. No fue publicada en ningún medio de comunicación hasta hoy que diario16 la rescata para sus lectores)

GALO FLORES PADILLA

Fuente: http://diario16.pe/noticia/13437-ojala-pueda-conocer-a-susana-villara-n

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